Edgar Gómez
A lo lejos un local tipo taberna daba una vista pintoresca a la noche. El guía le dijo; “Vamos, será bueno el calor de la leña”, “entremos”… Una mujer tomó el brazo de Luisa antes de entrar y le dijo: “Recuerda Luisa… el dos mil veintidós, por favor no lo olvides”… Lo escuchó como murmullo, apenas lo pudo percibir, no le tomó mucha atención.
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